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Diez consejos para pymes en apuros

Aunque las cifras macroeconómicas señalan que la crisis está superada, son muchas las pymes que aún atraviesan situaciones difíciles.

Los mercados y clientes han cambiado profundamente en los últimos tiempos, a lo que también se suma la resaca de una crisis que sigue pasando factura. Los negocios conllevan retos y oportunidades. A continuación, compartimos algunas reflexiones para ayudarte a superar los obstáculos:

  1. Siempre se pueden cambiar las cosas

En multitud de ocasiones perseguimos los objetivos bajo las mismas estrategias y con idénticos marcos de acción. Si las cosas no funcionan, debemos intentar nuevos caminos, cambiar nuestros objetivos o evolucionar a otros modelos de negocio. Recuerda, nada permanece, todo es un cambio constante, los negocios también.

  1. El enemigo, nosotros mismos

El hombre es un lobo para el hombre, ¡ya lo decía Rosseau! Y es que a veces el principal problema radica en nuestra propia organización. Buscar modelos colaborativos con otras empresas, ver cómo lo están haciendo los líderes del mercado, ampliar nuestro radio de networking para encontrar y compartir diferentes perspectivas, pueden aportarnos aire fresco y necesario en toda organización.

  1. Los errores son oportunidades para el aprendizaje

Solo puedes equivocarte si lo intentas y solo puedes conseguirlo si lo intentas. El fracaso forma parte del ejercicio honesto de perseguir un objetivo, de lograr un sueño. Detrás de cada fracaso hay toda una lección de aprendizaje, que te llevará en el próximo intento a tener más garantías de éxito.

  1. Vivir aquí y ahora

Tan obligados a la planificación, a los escenarios de venta, producción… que se nos olvida que en el trayecto también hay que disfrutar, que cada día es un pequeño paso para llegar a la meta y que probablemente con ilusión y energía consigamos llegar más lejos. Aunque ese camino no esté exento de incertidumbre y problemas nos ofrece la oportunidad de superarnos y en definitiva de crecer profesional y personalmente.

  1. El miedo también existe

Las empresas tienen alma, como dice el profesor Fernández Aguado. Y podríamos añadir que también tiene sentimientos. El miedo está presente en muchas de ellas. El miedo a su cuenta de resultados, el miedo a su competencia, a no cubrir las expectativas del cliente, el miedo a no saber transformarse conforme a los tiempos que corren… No olvidemos que, detrás de las organizaciones, grandes o pequeñas, hay personas que las dirigen y que son capaces de contagiar al alma de las empresas sus frustraciones, sus capacidades, sus miedos y sus sueños. Ese miedo nos pone alerta de posibles peligros, pero también nos atenaza y nos hace tomar decisiones sin el suficiente grado de libertad, como para que sean acertadas. Identificarlos y enfrentarnos a ellos requieren de superación y constancia.

  1. Repensar los negocios

Cuando las cosas funcionan las empresas no se muestran muy activas a la hora de realizar cambios. Pero, cuando los negocios dejan de funcionar lo primero que pensamos es en qué podemos cambiar para revertir la situación. Muchas grandes ideas nacieron de la necesidad imperiosa de hacer frente a un problema o a una situación de crisis, o según el refranero popular, a la fuerza ahorcan. El sano ejercicio de pensar de forma constante en mejorar y evolucionar nuestro negocio nos ahorraría muchas situaciones angustiosas.

  1. Fuera los cenizos

No se trata de negar la realidad, sino de afrontar la situación de la forma más pragmática posible. Atraparse por torbellinos de negatividad no nos beneficiará y nos restará energía para afrontar una etapa compleja en la que se requiere fuerza, espíritu de superación e ilusión.

  1. Invertir en uno mismo, invertir en el negocio

Los cambios son tan rápidos y las tecnologías tan innovadoras que solo con la formación continua podremos estar actualizados en nuestro mercado y sentirnos capacitados y seguros para elevar a nuestra organización al siguiente escalón.

  1. Un hombro en el que apoyarte

Encontrar un mentor que esté a nuestro lado en esos tiempos difíciles, que haya pasado situaciones similares y que pueda ponerse en nuestra piel para calmarnos cuando haga falta y darnos un empujón cuando sea necesario.

  1. Rodearte de los mejores

No podemos terminar este post sin mencionar a la clave de toda organización: las personas. Ya lo dice Ángel Aguilar, Director de RRHH de UCI: “Las personas son el mayor capital de las organizaciones”, por lo tanto, el equipo será fundamental para afrontar los retos a los que se enfrenta tu negocio a diario. Empodérales, dales valor y motívales haciéndoles partícipes de los éxitos y opta por la comunicación y colaboración como vías para el aprendizaje.